Introducción
Está demostrado que la literatura
folclórica y la narración de cuentos a niños en edad preescolar están
relacionadas con su desarrollo lingüístico y académico en el futuro (Durkin,
1966; Chomsky, 1972). Además, los relatos y la lectura representan dos métodos
mediante los cuales los niños se familiarizan con su herencia y aprenden su
lengua materna (Teale, 1984).
También ayudan a los
niños a identificarse con los héroes protagonistas de la literatura folclórica
que consiguen “vencer” sus miedos, lo que les da seguridad y esperanza al
empezar a comprender que tienen posibilidades de solucionar sus problemas
(presentes o futuros). Ofrecen soluciones a los problemas y angustias de los
niños que están al alcance de su comprensión.
Según Bruno Bettelheim
en su libro Psicoanálisis de los cuentos
de hadas (1977), mientras que las historias estrictamente realistas van en
contra de las experiencias internas del niño, imposibilitándole extraer un
significado personal, los cuentos folclóricos, con historias irreales, pero no
falsas, describen de una forma imaginaria y simbólica los pasos esenciales que
sigue el protagonista en la evolución hacia la existencia independiente.
Por último, cabe destacar que escuchar historias hace a
los niños más reflexivos, pues en ellas encuentran un mensaje que los lleva a
comprender la forma en que deben actuar y comportarse, aprenden a escuchar con
atención y a ser pacientes, y se fomenta su empatía o capacidad de ponerse en
el lugar del otro.
Blancanieves
He decidido trabajar Blancanieves
y ambientarlo a la clase de 5-6 años. Es un cuento que se puede leer a niños
muy pequeños, pero creo que esta edad puede responder mucho mejor a las
cuestiones que he preparado para la clase, desde las preguntas hasta las
actividades, pasando por los detalles del cuento, que serían diferentes
dependiendo de la edad a la que va dirigido.
No conocía la versión
de los hermanos Grimm, ¡y he de decir que en muchos momentos me he sorprendido!
Vi la película de Disney cuando era pequeña unas ciento cincuenta veces, y
siempre creí que era “la historia real”. Os dejo aquí el link de la página de
los hermanos Grimm, ¡pero he de decir que no es la que yo he usado! Compré El libro de los 101 Cuentos recogidos por Christian Strich y difiere un pelín de esta
versión online, pero al menos os hacéis una idea (http://www.grimmstories.com/es/grimm_cuentos/blancanieves). Para que conozcáis los detalles sorprendentes de los que hablo, os los pongo
por aquí por si alguien tampoco había leído el cuento antes:
- ¿Sabíais que la madrastra no quería el
corazón de Blancanieves, sino sus pulmones y su hígado? Y cuando el cazador le
lleva el de un jabato que encuentra por el bosque, ésta se los come.
- Los enanitos advierten a Blancanieves de
que la reina intentará ir a su casa para engañarla cuando esté sola y la piden
que no abra la puerta a nadie a no ser que haya más gente en la casa.
- La reina intenta matar a Blancanieves hasta
dos veces antes de dar con la que surge efecto: en la primera se disfraza de
buhonera e intenta vender a la joven un cordón para ceñirse el corpiño. Al ir a
probárselo en el corsé la madrastra se lo ata tan fuerte que la ahoga.
Afortunadamente, los enanitos llegan poco tiempo después y cortan los cordones
del corpiño de Blancanieves. La segunda vez se disfraza de anciana y le vende
un peine envenenado. Al peinarla con él, se lo clava y la joven muere. Cuando
llegan los enanitos a casa y se lo sacan, Blancanieves vuelve en sí. El tercer
y último intento de la reina de matar a Blancanieves es el que conocemos: el de
la ingestión de la manzana envenenada. Pero no se disfraza de bruja, sino de
campesina (si lo pensamos, es mucho más lógico). Como en las versiones
populares que hemos podido escuchar, cuando hinca el diente en la manzana
Blancanieves muere al instante.
-
Los enanitos construyen un ataúd
acristalado para Blancanieves porque su cuerpo no se descomponía con los días: seguía
tan blanca como la nieve, con los labios tan rojos como la sangre y los
cabellos tan negros como el ébano, y sus mejillas aún conservaban un tono
rojizo. El ataúd es llevado a la montaña y permanece ahí durante mucho tiempo.
Cada día un enanito hacía guardia a su lado.
- No es el “beso de amor” del príncipe el
que despierta a Blancanieves, ¡es más bien un accidente! Un día aparece por ahí
el dichoso príncipe que pide a los enanitos llevarse el ataúd consigo, los
enanitos sienten compasión por el joven enamorado y se lo dan. Por el camino,
el príncipe tropieza con un arbusto, sacudiendo así el ataúd y saliéndose de la
garganta de Blancanieves el trozo de manzana envenenada.
- Finalmente, el último detalle
desconocido para mí es el castigo de Blancanieves a la madrastra: cuando se van
a casar, Blancanieves y el príncipe la invitan a su boda y ella, sin saber
quién es la nueva princesa, asiste a la ceremonia enfadada, pues su espejito le
dice que esta nueva princesa es más hermosa que ella. Al llegar la reconoce y
se queda paralizada de horror. Entonces, colocan a la madrastra unas sandalias
de hierro que habían sido puestas al fuego anteriormente y la hacen bailar con
ellas puestas, hasta que, de tanto dolor, cae al suelo muerta.
Antes de contar la
historia a los niños les haría algunas preguntas:
- ¿Alguien ha escuchado alguna vez el
cuento de Blancanieves?
- ¿Quién es Blancanieves?
En el caso de que algún
niño mencionase a la madrastra, a los enanitos o al príncipe en sus respuestas,
preguntaría qué es cada uno de ellos y aprovecharía para desmitificar varios
prejuicios que tenemos sobre ellos (la madrastra es mala y una bruja, los
enanitos son buenos y graciosos y los príncipes guapos y encantadores).
Me gustaría, si se da
la ocasión, poder hablar de la diversidad, de lo que creemos de las personas
sin conocerlas y de la oportunidad que merecemos todos de ser tratados con
respeto.
En cuanto a la
narración de la historia, hay varias cosas que modificaría, omitiría o
expresamente dejaría a propósito en el cuento si yo lo contase a mis alumnos:
En primer lugar, sí comenzaría
la historia mencionando la muerte de la madre y el papel o lugar de la
madrastra. Como he dicho antes, no me detendría para hablarlo con detalle si no
preguntan por ello, pero no sería algo que omitiría para ellos: la muerte es
algo natural y a lo que están acostumbrados y en algunas ocasiones ya tienen
familia política (que, obviamente, no es “mala”, ni mucho menos).
Cada vez que la reina
pregunta a su espejo quién es la más hermosa lo hace entonando una cancioncilla
con rima bastante corta y fácil que yo repetiría para que los niños la canten conmigo
si les apetece. La primera vez que la madrastra pregunta al espejo podemos
enseñársela por si más tarde quieren unirse y cantarla: “Mirror, mirror on the
wall, who is the fairest of them all?” / “Espejito, espejito, dime una cosa:
¿quién es de estos contornos la más hermosa?”.
Quizá en el momento en
que la reina pide al cazador que mate a la joven y le lleve sus pulmones e
hígado los cambiaría por el corazón, versión más conocida. Aunque, pensándolo
bien, si respeto la versión de los hermanos Grimm podría aprovechar para hablar
del interior de nuestro cuerpo y de nuestros órganos y sus funciones.
Un detalle que me
parece muy gracioso es que cuando Blancanieves llega a la casa de los enanitos
por primera vez prueba un poquito de cada plato, de cada pan y de cada vaso
para que no se note que ha estado ahí. En clase utilizaría la mímica y las
onomatopeyas para contar esta parte (“¡mmmm, qué rico!”, los ojos en blanco, la
lengua lamiendo los labios, la mano en la tripa: “¡qué hambre!”, coger con los
dedos pizquitas de comida de un plato, coger un vaso imaginario con la mano y
llevármelo a la boca…). Los niños podrían sentirse tentados a hacer lo mismo y
serían invitados a actuar la situación.
Cuando los enanitos ven
a Blancanieves tumbada en una de las camas la dejan dormir, y cuando se
despierta a la mañana siguiente le dicen que se puede quedar con ellos con una
condición: que se ocupe de la casa, cocine, haga las camas, lave, cosa y tenga
todo en orden y la comida preparada cuando ellos vuelvan de trabajar. Omitiría
esta parte, simplemente diría que los enanitos la invitarían a quedarse a vivir
con ellos, pues no quiero que se relacione la figura de la mujer con la que se
ocupa de la casa, me parece un poco sexista y fuera de lugar, afortunadamente,
en los tiempos que vivimos.
“- Ten cuidado con tu
madrastra; pronto sabrá que estás aquí. No dejes entrar a nadie”, decían los
enanitos a Blancanieves. Sí dejaría esta parte para luego aprovechar y poder
hablar de por qué “los mayores” tenemos tanto miedo de que los niños hablen y
se vayan con desconocidos.
La madrastra se entera
de que la joven sigue viva y va a buscarla a casa de los enanitos. Me encantan
estos detalles de las visitas que le hace, seguro que las incluiría en mi
narración: ese misterio, el miedo y excitación que pueden sentir los niños durante
unos segundos, la emoción que vivirán cuando se les cuente que la madrastra va
de camino a la nueva casa de Blancanieves…
Una vez Blancanieves
muere, me gusta que no sea el príncipe quien la revive y respetaría esta
versión, de nuevo por la visión sexista de la época y la necesidad de las
mujeres de tener la compañía de un hombre, preferiblemente de buena cuna, que
la rescate y la ayude cuando lo necesita.
Por último, no contaría
el desenlace que eligieron los hermanos Grimm, el castigo de Blancanieves a la
reina, pues no quiero que el rencor sea uno de los principales motores del
cuento.
En cuanto al léxico, en
la traducción del vocabulario que utilizan los hermanos hay algunos vocablos
desconocidos para los niños que sí me gustaría usar para ampliar su
vocabulario: preguntaría qué creen que son y se lo explicaría después. Es el
caso de buhonera (vendedora ambulante), polícroma (de muchos colores), corpiño,
corsé... Hay otros que no usaría, pues puedo usar sinónimos o expresiones que
quieran venir a decir lo mismo, como impía (que no tiene piedad o no siente
compasión), dechado (modelo) o angarillas (tablero que sirve para transportar
objetos), y al ser un cuento contado oralmente seguro que ni las recordaría en
el momento de contarlo (valga la redundancia) a los niños.
Terminaría la hora del
cuento haciendo algunas preguntas:
-
¿Os ha gustado el cuento?
-
¿Cambia algo de la historia de
Blancanieves que conocíais? ¿El qué? ¿Lo preferís de una u otra manera?
-
¿Qué personaje de los que aparecen en el
cuento os gusta más? ¿Por qué?
-
¿Qué es lo que más os ha gustado de la
historia?
-
¿Y lo que menos?
-
Si fueseis Blancanieves, ¿os habríais
metido en la casa de unas personas que no conocéis?
-
Si fueseis el cazador, ¿habríais dejado
escapar a Blancanieves o se la habríais llevado a la reina a cambio de una gran
recompensa (juguetes, chuches, disfraces…)?
Por último, podríamos
hacer algunas actividades en la clase aprovechando este cuento, algunas para
desarrollar la práctica psicomotriz, otras las relaciones sociales, las
habilidades lingüísticas, de lectoescritura, el pensamiento matemático o la
creatividad.
-
Motricidad gruesa → El laberinto:
cuando Blancanieves se pierde en el bosque corre entre los árboles hasta que
encuentra la casita de los enanitos. Podemos crear nuestro propio laberinto
usando materiales como cuerdas colgadas, aros o taburetes que haya que sortear,
meterse por dentro o saltar. Haremos el laberinto entre todos, cada niño tendrá
la oportunidad de elegir un objeto y explicar qué es, y luego todos tendrán un
turno para poder correr por él, intentando llegar al final del recorrido lo
antes posible.
-
Relaciones personales → El espejo:
tendremos nuestro propio espejo al que haremos preguntas sobre la gente de la
clase, haciendo un juego de adivinanzas. Por ejemplo… “Mirror, mirror of the
wall, who is the tallest of them all?” / “Espejito, espejito, ¿quién es el más
alto de todos?” Si es una pregunta muy genérica podremos dar pistas de la persona
en la que estamos pensando, pero siempre serán preguntas y pistas positivas o
que alaben a la persona de la que estamos hablando.
-
Expresión oral → Los juguetes de los enanitos:
sentados todos juntos, cada niño de la clase por turnos puede coger algún
objeto del aula que le guste especialmente y crea que los enanitos deberían
tener en su casa y explicar por qué. Ejemplo: “Yo he cogido este lego porque me
gusta construir barcos con ello. Creo que los enanitos deberían tener lego en
su casa porque así cuando vuelvan de trabajar pueden intentar construir una
casa más grande donde quepa mejor Blancanieves”.
- Expresión escrita → Las letras del cuento: intentaremos recordar palabras,
personajes, objetos… importantes del cuento que hemos escuchado e identificar
con qué letra empiezan y si hay alguna en el medio de la palabra que
conozcamos. Ejemplo: Apple, Blancanieves, Cazador, Dwarf, Enanito… Intentaremos
escribirlas a medida que las vamos nombrando.
-
Matemáticas → Del uno al siete: buscaremos objetos
cotidianos de nuestra vida en el aula que haya mínimo siete, por ejemplo, siete
botellas de agua, siete libros, siete pinturas, siete tijeras… Veremos todo lo
que podrían hacer los enanitos si estuviesen en nuestra clase, contando hasta
siete en cada objeto que veamos para ver si podrían usarlo. Una vez tengamos
dos o tres grupos de siete podemos ir contando cuánto son en total, así hasta
que los niños quieran.
-
Creatividad → ¿Cómo es un enanito?: Como han escuchado el
cuento, pero no han visto ninguna imagen, tengo mucho interés en saber qué
imagen se forjan los niños cuando hablamos de un enanito. Me gustaría que
dibujásemos uno en nuestro papel y hacer un gran mural en clase lleno de
enanitos, todos ellos diferentes.
Cenicienta
También he decidido trabajar
“La cenicienta” en la clase de cinco-seis años por el mismo motivo, que pueden
responder mejor a todas las cuestiones que conlleva la lectura del cuento.
¡ Qué risa de nuevo! Los
hermanos Grimm me han vuelto a sorprender con sus exagerados e irónicos puntos
en la historia. Como en Blancanieves,
había muchos detalles diferentes a la mítica película de Walt Disney, aunque he
de decir que éstos sí los conocía por el “moderno” musical Into the Woods, producido por la misma compañía en 2014 (¡que la
verdad es que me encantó!). El link online para leer la versión del cuento por
los hermanos Grimm es http://www.grimmstories.com/es/grimm_cuentos/la_cenicienta,
pero como dije antes, yo he usado la versión escrita de El libro de los 101 Cuentos.
Algunos de estos detalles menos conocidos en las versiones más modernas son:
-
El padre de Cenicienta aparece durante
toda la historia, no como en la historia que conocía, donde muere.
-
Las hermanastras, hijas del nuevo
matrimonio del padre, no sólo despreciaban a Cenicienta, sino que también la
hacían trabajar de más por pura diversión: le solían tirar lentejas y guisantes
a las cenizas de la chimenea para que ella tuviese que sentarse a separarlos y
meterlos de nuevo en la cazuela.
-
Un día el padre de las niñas va a la
feria y les pregunta qué quieren que les traiga. Mientras las dos hermanastras
le piden vestidos, perlas y piedras preciosas, Cenicienta le pide que corte el
primer tallito que choque con su sombrero. Cuando éste se lo trae ella lo
planta en el jardín, sobre la tumba de su madre, y de tanto llorar encima crece
un hermoso árbol. Cada vez que Cenicienta se acerca al árbol aparece un pajarillo
blanco que cumple sus deseos.
-
El rey organizó una fiesta en palacio
que duraría tres días, no sólo una noche como en la película de dibujos
animados. Cenicienta quiere ir pero su madrastra le ordena que seleccione las
lentejas de las cenizas antes de poder ir al baile. Ésta llama a los pájaros y
palomas del cielo y les pide que piquen las lentejas, echándolas en la cazuela,
pero ni con esas le dan permiso para acompañar a sus hermanastras y madrastra
al palacio.
-
No es el Hada Madrina quien le regala un
vestido y zapatos bonitos para poder ir al baile, sino el pajarillo del árbol.
Las dos primeras noches ella baila con el príncipe, que no la reconoce, al
querer irse él la sigue hasta su casa, pero no la encuentra por ningún lado,
siempre se esconde.
-
La tercera noche no pierde el zapato,
más bien se lo roba el príncipe: unta las escaleras de palacio con pez, una
sustancia resinosa, para impedir que la joven escape, pero sucede que al
pisarlas se le queda el zapato izquierdo pegado, escapando ella descalza.
-
Al día siguiente el príncipe aparece por
casa de Cenicienta con el zapato en la mano, afirmando que cuando encuentre a
su dueña se casará con ella. Las hermanastras intentan metérselo en el pie,
pero no les cabe. Entonces la madrastra les corta un dedo y un trozo del talón
para que puedan calzárselo, pero los pájaros se lo cantan al príncipe, que se
da cuenta entonces y vuelve a la casa, encontrando por fin a Cenicienta.
-
Cuando Cenicienta y el príncipe van a
casarse, aparecen por ahí las hermanastras para intentar aprovecharse de la
nueva situación de Cenicienta, pero entonces los pájaros vuelan sobre ellas y
se acercan a picarles los ojos, dejándolas ciegas.
Igual que en el
anterior cuento folclórico trabajado, antes de contarlo a mis niños les
preguntaría si conocen la historia y quién es Cenicienta. Dependiendo de sus
respuestas hablaríamos de un tema u otro, preguntando qué piensan de este o
aquél personaje y qué es cada cosa.
Teniendo en cuenta las
dos versiones, he decidido hacer una pequeña mezcla de ambas, cogiendo de cada
una ciertos detalles y pasajes, pero declinándome más por la versión antigua,
la de los hermanos Grimm.
Para empezar, en cuanto
al padre de Cenicienta, diría que falleció. Como ya os he comentado antes, en
la historia de El libro de los 101 Cuentos
sí que está presente hasta el final, pero me parece que es poco cuidadoso, no
se preocupa por ella y me da bastante pena. Prefiero decir que no está a que
también la ignora, como la madrastra y las hermanastras.
Sí me gusta el recuerdo
que crea Cenicienta de su madre plantando un árbol encima de donde está
enterrada, pero no contaría que éste árbol le regala los vestidos para ir al
baile, prefiero la versión del Hada Madrina, como en el cuento de Charles
Perrault (cuestión de gusto personal, el tema del Ángel de la Guarda personal que
vela por nosotros). Cuando le regala el vestido, no explicaría cómo es o cómo
me gustaría que fuera, les preguntaría a los niños cómo era el vestido y
crearíamos uno en nuestra imaginación.
Cuando la madrastra y
sus hijas se enfadan con Cenicienta le tiran las lentejas o guisantes al suelo,
entre la ceniza, para que tenga que separarlos. Sí hablaría de eso, me parece
una treta bastante inteligente, de hecho haría una pausa en el cuento porque
creo que podemos hablar bastante en grupo sobre ello (“¡No sabéis lo que le
hacían!”, “¿Por qué le hacían eso?”, “¿Qué es la ceniza?”, “¿Es difícil separar
la comida de la ceniza?”, “¿Se tarda mucho tiempo o poco?”…). Cenicienta suele
pedir ayuda a los pájaros para que separen la comida de la ceniza.
El baile en la versión
antigua dura tres días, en cambio en la moderna que yo conocía duraba una sola
noche. Me gusta la idea de la fiesta prolongada porque da más emoción, los
niños sabrán que Cenicienta ha ido al baile pero que su familia no lo sabe, lo
relataría sobreactuando la situación: “¡Dios mío, ya se han ido! Corre,
Cenicienta, coge el vestido, póntelo, ¡mira bien por la ventana! ¿¿Las ves??
¿Seguro? Agáchate, no hagas ruido, ponte los zapatos, ¡sal corriendo! ¡Cuidado,
están ahí!…”, acompañando la narración con mímica y gestos. Hablaría muy
deprisa y haría parones en seco para cargar el relato de misterio, nervios y
tensión.
Lo que no me gusta es
que el príncipe sepa desde el principio dónde vive Cenicienta, me parece que
luego no hay misterio alguno cuando tiene el zapato. Si tiene que ir de casa en
casa buscando a la dueña del zapato en vez de ir directamente a la de
Cenicienta se le da más emoción al asunto.
Que el príncipe use pez
(yo hablaré de pegamento) para intentar evitar que Cenicienta escape me parece
muy ingenioso, por lo que lo incluiría en mi narración y hablaría sobre ello
con los niños (qué es el pegamento, de qué está hecho, para qué lo pone en las
escaleras, por qué quiere el príncipe que Cenicienta se quede en palacio, para
qué utilizarían ellos el pegamento…). Aprovecharía también para hablar de
forzar a las personas a hacer cosas que no quieren, y lo irrespetuoso que es
hacerlo. De lo que merecemos todos, sin importar el sexo o intereses de cada
uno.
La parte en que las
hermanastras intentan probarse el zapato, no les cabe y se cortan diferentes
partes del pie para forzarlo a entrar me parece graciosísima, no lo veo ‘gore’
sino muy desesperado, no lo dejaría de contar porque creo que podemos reírnos
mucho en grupo e intentar pensar en otras ideas descabelladas que llevaríamos a
cabo si nos pasase a nosotros.
Por último, el final de
la historia de la versión de los hermanos no me gusta y lo omitiría. Al igual
que en Blancanieves, se decanta por
un desenlace de castigo, en este caso, hacia las hermanastras. Los pájaros,
amigos de Cenicienta, se acercan a ellas y les pican los ojos, dejándolas
ciegas.
Como en la anterior
propuesta de trabajo, Blancanieves,
terminaría la hora del cuento haciendo las mismas preguntas, añadiendo algunas
más personalizadas sobre este:
-
¿Os ha gustado el cuento?
-
¿Cambia algo de la historia de Cenicienta
que conocíais? ¿El qué? ¿Lo preferís de una u otra manera?
-
¿Qué personaje de los que aparecen en el
cuento os gusta más? ¿Por qué?
-
¿Qué es lo que más os ha gustado de la
historia?
-
¿Y lo que menos?
-
Si fuerais Cenicienta, ¿os habríais
escapado del baile? ¿Por qué?
-
¿Qué es un Hada Madrina?
-
Si el príncipe no tuviese el zapato,
¿cómo habría podido encontrar a Cenicienta? ¿Cómo lo haríais vosotros?
Algunas
de las actividades que podríamos hacer en clase a raíz de este cuento,
intentando cubrir todas las áreas de aprendizaje son:
-
Motricidad fina → Separa las lentejas: como en el cuento, echaremos un
puñado de lentejas entre uno de judías e intentaremos separarlos, poniendo cada
legumbre en un cuenco diferente. Cuando lo
manejen bien, podemos añadir algo de dificultad usando unas pinzas para
coger y separar cada una de ellas.
-
Creatividad → El castillo de Cenicienta:
cuando se casa con el príncipe Cenicienta se muda al
palacio para vivir ahí con él. En grupo podríamos hacer una manualidad
intentando recrear ese gran castillo. Usaremos rollos de papel higiénico
simulando las torres y los tejados (rollos cortados para crear un cono) que
pintaremos y decoraremos a nuestro gusto para luego pegarlos unos a otros en
varias capas creando un gran castillo. Podemos pintar ventanas en las torres y
hacer también banderines para poner en las puntas de los tejados. Aquí os dejo
una foto para que os hagáis una idea:
-
Expresión oral → Mi vestimenta ideal:
cada niño explicará al resto de la clase cómo le gustaría ir vestido al gran
baile de palacio, si prefiere un vestido, una falda, unos pantalones, qué tipo
de zapatos…
-
Matemáticas → Busca el parecido:
como las hermanastras son dos y son parecidas entre ellas, buscaremos en la
clase parejas de objetos similares entre sí, creando un
gran grupo de objetos cotidianos de la vida de los niños dispares pero relacionados.
Ejemplo: una naranja y una mandarina, una botella de agua y una cantimplora,
una taza y un vaso, una chaqueta y un jersey…
-
Relaciones personales / motricidad
gruesa → ¡Preparados para el baile!: nos prepararemos para ir al gran
baile de palacio, ¡qué divertido! Los niños elegirán sus parejas, diciendo por
qué les gustaría asistir con ellos y empezaremos un baile algo peculiar…
Hincharemos globos que los niños tendrán que llevar entre sus cuerpos mientras
bailan, pondremos la música, ¡tendrán que empezar a moverse y no podrán dejar
caer el globo que sujetan entre ambos!
-
Expresión escrita → Las letras del cuento:
como en Blancanieves, intentaremos
recordar palabras, personajes, objetos… importantes del cuento que hemos
escuchado e identificar con qué letra empiezan y si hay alguna en el medio de
la palabra que conozcamos. Ejemplo: Árbol, Bird, Castle, Dance, Escaleras… Intentaremos escribirlas a medida que las vamos nombrando.
El traje nuevo del emperador
El traje nuevo del emperador
El último cuento que he
decidido trabajar es El traje nuevo del emperador,
de Hans Christian Andersen. De nuevo, la versión que yo he utilizado es la recogida
por Christian Strich en El libro de los
101 cuentos, esta vez adaptándolo a la clase de 4-5 años.
Resumo brevemente el
cuento por si alguien no lo conoce:
“Hace mucho tiempo había
un emperador al que le encantaban los trajes nuevos y elegantes, tanto que gastaba
todo su dinero en ropa.
Un buen día llegaron a
la ciudad donde él vivía dos embaucadores que se presentaron como tejedores y juraban
hacer trajes con la tela más bonita y especial que podía haber: a parte de sus
colores y dibujos, tenía la propiedad de ser invisible a los ojos de los tontos
o de quienes no mereciesen su cargo.
El emperador se alegró
mucho de oír esta noticia, y alegre contrató sus servicios para que le preparasen
un traje para el gran desfile que iba a celebrarse pronto. Pagó mucho dinero a
los dos tejedores, y les entregó gran cantidad de sedas caras y hebras de oro
para que pudiesen tejer el traje.
Al poco tiempo, curioso
por ver qué tal está yendo, el emperador manda a un par de funcionarios nobles
que trabajan para él a ver cómo va el trabajo. Ninguno de los dos ve nada, solo
el telar vacío, pero ambos mienten al emperador, asegurándole que es el traje
más bonito que han visto nunca, por miedo a ser despedidos o a que se dude de
su inteligencia.
Cuando llega el día del
desfile y el emperador va a ponerse el traje nuevo, siente pavor al descubrir
que no ve la tela preciosa que los demás parecen admirar. Por mantener las
formas, pide que los tejedores se lo coloquen encima, se lo abrochen, y sale a
la calle con su séquito de ministros.
Según va caminando, las
personas ahí congregadas parecen estar muy perturbados, pues nadie ve el traje nuevo
del emperador.
Nadie dice nada,
teniendo miedo de ser tachado de tonto, hasta que un niño, divertido, grita con
inocencia: ¡Pero si no lleva nada puesto, va desnudo!
Todos comprenden
entonces la burla a la que ha sido sometido el emperador.”
La verdad es que este
cuento me encanta, me lo solía leer mi padre de pequeña y lo recordaba
exactamente como lo he leído ahora.
No cambiaría nada a la
hora de contarlo a mis alumnos, pues creo que es fácilmente entendible por los niños
de esta edad y no creo que sea necesario omitir o “endulzar” alguna parte del
cuento.
Como en las propuestas
anteriores terminaría la hora del cuento haciendo algunas preguntas:
-
¿Os ha gustado el cuento?
-
¿Cómo os imaginabais el traje nuevo del
emperador?
-
¿A vosotros os gusta la ropa?
-
¿Cuál es vuestra prenda favorita, la que
más os guste de todo vuestro armario?
-
¿Cuándo la usáis?
-
¿Qué haríais si el emperador fuese
vuestro amigo y vieseis que no lleva nada puesto, que va desnudo?
-
¿Os da miedo que la gente piense que sois
tontos? ¿Por qué?
Para terminar, algunas
de las actividades que podríamos hacer en clase a raíz de este cuento,
intentando cubrir todas las áreas de aprendizaje son:
-
Creatividad / imaginación /
motricidad gruesa → Nuestro gran desfile:
como en el cuento, prepararemos un gran desfile que acontecerá en el aula. Para
prepararnos y engalanarnos se proporcionará a los niños cantidad de telas grandes
de diferentes colores y estampados que ellos tendrán que customizar y unir unas
a otras para crearse un bonito traje que nos pondremos durante el desfile para
enseñarlo a los demás.
-
Expresión escrita → Las letras del cuento:
intentaremos recordar palabras, personajes, objetos… importantes del cuento que
hemos escuchado e identificar con qué letra empiezan y si hay alguna en el
medio de la palabra que conozcamos. Ejemplo: Alegre, Beautiful, Clothes, Desfile,
Embaucador… Intentaremos escribirlas a medida que las vamos nombrando.
-
Relaciones personales / Expresión
oral→ ¡No somos tontos!:
Sentados en círculo, debatiremos la preocupación del emperador en ser tomado
por tonto, y entregaremos un papel a cada niño con el nombre de un compañero.
Cada uno tendrá que decir por qué el niño que le ha tocado no es tonto y
nombrar al menos dos cosas que sepa hacer que se le den muy bien y que prueben
que todos somos muy listos y se nos da bien hacer cosas, cada uno cosas
diferentes.
-
Matemáticas → Nos tomamos medidas: Para iniciar a los
niños en las medidas, tendremos varios metros de costura en la clase.
Explicaremos cómo trabajan los sastres cuando hacen trajes a medida, midiendo
el contorno de nuestro tronco, el largo de las piernas, de los brazos… En
pequeños grupos simularemos ser sastres o tejedores e iremos tomando medidas de
los niños del grupo con el metro.
Webgrafía
Hola Melisa, muy buenas
ResponderEliminarAcabo de leer tu entrada, se nota que la has trabajado con mucho cariño y dedicación.
Destacar la gran ayuda que supone, para quienes leamos la entrada y no conozcamos alguno de los cuentos, que hayas decidido resaltar los detalles que te han sorprendido. Desde luego, hay algunos que dejan atónito, como el castigo o venganza del final de Blancanieves.
Me ha gustado también cómo has ido adaptando la historia de Blancanieves, eliminando únicamente aspectos especialmente morbosos y situaciones que deberían estar obsoletas.
Así mismo, me han parecido muy adecuadas las preguntas posteriores a los cuentacuentos, animándoles a pensar qué harían si o qué les parece lo que hicieron algunos personajes.
Comentarte, respecto a las actividades posteriores, que las actividades en sí están fenomenal, pero algunas me han llamado la atención en este contexto porque personalmente sería más partidaria de las actividades más propias del cuento-forum o aquellas que dejen volar su imaginación y creatividad, entendiendo el cuentacuentos como un acercamiento a los niños a la literatura para disfrutar de ella, como una opción para el tiempo libre, no como un instrumento didáctico para la lecto-escritura, las matemáticas o la expresión oral, sino un acercamiento como un fin en sí mismo, buscando el gusto por la lectura. Por lo que algunas de las actividades las llevaría a cabo en otros contextos del aula, sin vincularlas con la lectura en sí.
Por otra parte, en la introducción de tu entrada me ha llamado la atención la parte en la que comentas que los textos folclóricos ayudan a los niños a identificarse con sus héroes protagonistas. Creo que, aunque esto puede pasar en algunos textos, no es una característica propia de esta literatura. Así, aunque según recoge el bloque de la asignatura, en los cuentos de los hermanos Grimm encontramos una visión optimista y un proceso muy sencillo de identificación con el héroe, creo que esto no ocurre de manera general en los textos folclóricos, pues son textos que no eran cuentos infantiles y sus protagonistas suelen ser mucho mayores que los niños. Quizá no ha sido tu intención que se entendiese de manera genérica, pero es lo que he interpretado y quería comentártelo por si te parece correcto y te sirve de ayuda.
Otro punto que valoraría es cambiar la expresión versiones populares, creo que sería más adecuado hablar de famosas, para evitar confundir términos, cuentos populares / versiones famosas de cuentos. Algo que hacemos muy habitualmente sin darnos cuenta.
Antes de terminar, animarte para lo poquito que nos queda de curso y las últimas entregas de esta asignatura. Estoy segura de que le dedicas mucho tiempo y cariño, como se percibe en esta entrada, y que te encanta la profesión para la que nos estamos formando.
Espero que alguno de mis comentarios pueda ser de utilidad, recogen algunas de mis opiniones según mi percepción de la literatura en el aula y lo que hemos ido comentando en las sesiones presenciales.
¡Mucho ánimo con el final de curso!
Icíar, muchísimas gracias por tu comentario. Es del año pasado, pero eso no quiere decir que no pueda aprender de él.
EliminarTe agradezco mucho tus puntualizaciones, especialmente en la que me aconsejas dejar las actividades posteriores a la lectura y centrarme, como siempre nos dice Irune, en el objetivo literario. Así he hecho en correción de este segundo bloque :)
En cuanto a la no aparición de héroes en todos los textos folclóricos, lo escribí al leer sobre el Paradigma de Propp en el Módulo Docente, según quién hay varios papeles (héroe, agresor, donante, princesa y su padre, mandatorio y falso héroe). Al escribir la entrada hablé de héroes porque no pude pensar en un texto folclórico que conociese con ausencia de ese papel, pero es cierto que solo conozco parte de ellos y quizás no debería dar por sentada una generalización así, así que gracias!
Por último, sí, cuando hablaba de "versiones populares" ("Como en las versiones populares que hemos podido escuchar, cuando hinca el diente en la manzana Blancanieves muere al instante") intentaba usar un sinónimo de "famosas", sin darme cuenta de que a lo mejor podía confundirse con "cuentos populares".
Y claro que tus comentarios han sido de utilidad, gracias de nuevo Icíar, y espero que estés disfrutando de nuestra profesión con los pequeños, si ya has podido empezar a dedicarte a ella :)
¡Un saludo!
El trabajo con los textos es perfecto, excepto esas actividades de aplicación a diferentes materias. Recuerda que trabajamos textos literarios con objetivos literarios.
ResponderEliminarRecuerda referenciar usando las normas APA e incluir, entre las referencias, los documentos de la asignatura que tienes que haber leído para realizar esta entrada.