jueves, 6 de junio de 2019

Artículo final


Ideas principales de cada tema


Los textos infantiles son recursos fundamentales para el niño a la hora de adquirir, comprender y asimilar los distintos elementos de la lengua.

La literatura infantil ayuda al niño a aumentar su marco de referencia. Lo hace creando otros mundos, forjando hechos que la imaginación infantil concibe como vivencias posibles y personajes con los que compartir la anécdota.




Bloque 1: Literatura Infantil. Análisis y selección.


En este bloque hemos aprendido la diferencia entre literatura y paraliteratura infantil, la historia de la (para)literatura para niños, lo que es el texto teatral, la poesía de autor, los cuentos de autor y cómo analizarlos.


Al empezar este bloque, no sabía lo que era la paraliteratura. Aunque no he tendido nunca a moralizar los libros que he leído, agradezco saber dónde radica la diferencia entre literatura y paraliteratura, y sobre todo, poder entender que cuando un libro es o se le atribuye una función didáctica, pasa a formar parte del segundo grupo.

En cuanto al análisis de libros, tampoco habría pensado nunca en fijarme al detalle en todas las características del libro que estoy eligiendo, no sabía que fuera tan importante, ¡y vaya si lo es! Ahora no se me ocurre coger un libro bonito de la biblioteca escolar para llevarlo a clase sin antes echarle un vistazo, analizándolo.


Las ideas principales del bloque son:


Literatura / paraliteratura:

La literatura es un arte que utiliza las palabras para manifestarse. Su objetivo primordial es el arte en sí, la creación de un objeto artístico. Puede enseñar, provocar una reflexión profunda en el lector sobre el tema tratado, pero, como arte, no está creada para inculcar pensamientos.

La paraliteratura, como su propio nombre indica, se encuentra “al lado de” la literatura, y difiere de esta en algunas características de forma que no puede considerarse lo mismo. Durante mucho tiempo, los adultos han escrito textos para niño cuyo principal objetivo era el de moralizarlos o educarlos en el conocimiento del entorno: una paraliteratura infantil de carácter moralizante o didáctico.


         Historia de la paraliteratura y de la literatura:

A partir de la segunda mitad del siglo XX, la paraliteratura infantil se va transformando en literatura: los personajes planos se van convirtiendo en “niños reales” y el carácter didáctico y moralizador de los libros para niños va dejando paso a una experiencia artística real en la que el lector encuentra aventuras y sensaciones cercanas a su edad y a su momento madurativo.


         Texto teatral:

En él, todo queda en manos de los diálogos, y se escribe para ser representado: la palabra ‘teatro’ evoca automáticamente espectáculo.

Hace falta enfocar la interpretación dramática como un conjunto de técnicas educativas y no como una actividad destinada a formar a futuros actores. Hacer teatro en clase permite dar una motivación a las disciplinas escolares y desencadenar un proceso de utilización y de perfeccionamiento de lo que se va adquiriendo.


Poesía de autor:

La poesía está al alcance del niño, sin embargo, no tiene apenas proyección en el aula. La poesía debe presentarse a los niños como un juego artístico. Hay que permitir que su propia imaginación creadora interprete y recree lo que lee e invente nuevas formas.

La poesía es un medio excelente de ruptura con lo impersonal y con lo rutinario del aula y de la lengua. Transgredir lo establecido para dar rienda suelta a la imaginación creadora es un ejercicio evasivo que además fomenta la organización personal de la palabra y la estructuración mental.


Cuentos de autor:

El niño protagonista debe evolucionar a la vez que el niño que escucha o lee; su psicología, sus intereses, su vocabulario, su contexto deben ser iguales al del niño real, por eso hay que tener muy en cuenta la edad a la hora de escribir. El niño protagonista puede y debe favorecer la maduración psicológica en el niño lector en tres campos: la interiorización del yo, la inserción social y el desarrollo lingüístico.

El niño lector reconstruye las historias de estos personajes desde su propia circunstancia y aprende, sin necesidad de moralejas, cómo obtener éxito en la vida.


         Análisis de los cuentos de autor:

“Ofrecer un libro para su lectura ha de ser un regalo. Un buen regalo debe estar seleccionado y elegido concienzudamente para el receptor”. La opción ideal será siempre la de conocer a los niños y ajustarnos a sus gustos y al momento evolutivo en que se encuentran.

Según el formato, debemos fijarnos en el aspecto externo del libro (tanto su manejabilidad como su portada), en las ilustraciones (deben ser sugerentes y provocar sensaciones y sentimientos) y en la tipografía (tamaño y legibilidad).

Según el contenido, revisaremos el tema (que responda al interés del lector), la estructura (que sea lineal), el protagonista (que permita la identificación del lector), los demás personajes (que sean roles reconocibles), los valores y contravalores (que sean adecuados para el receptor) y el lenguaje y uso de la lengua (que el vocabulario sea adecuado y las estructuras morfosintácticas, claras).



Bloque 2: Textos folclóricos. Selección y adaptación.


Este bloque habla sobre la literatura folclórica, el teatro folclórico infantil, la poesía folclórica, los cuentos folclóricos, los grandes recopiladores y el uso de los cuentos folclóricos.


Antes de empezar la asignatura no tenía ni idea de la importancia del folclore… Sabía que los cuentos maravillosos eran para ser contados, nunca leídos, pero la verdad es que creo que nunca había contado uno en clase. Me preguntaba a mí misma, “Teniendo libros tan bonitos para leer en el aula, ¿para qué iba a contarles un cuento sin imágenes?”. Después de leer el bloque he entendido lo vital que resulta usar el folclore en clase con los niños, y lo necesario que es para ellos.


Las ideas principales del bloque son:



         Literatura folclórica:

La tradición cultural o folclore hace referencia a diferentes aspectos de la cultura popular: canciones, retahílas, leyendas, romances, fábulas, trabalenguas, cuentos maravillosos…

Las tres características fundamentales del folclore son el anonimato, la oralidad y la multiplicidad de variantes.

Los encargados de transmitir estas historias de pueblo en pueblo eran los arrieros, viajantes y buhoneros. Se hace imprescindible que este tipo de literatura conserve su oralidad. Una regla de oro para el maestro: los textos folclóricos son para contar y cantar; los textos de autor, para leer.

Los principales tipos de textos de transmisión oral en prosa son los mitos (dioses o héroes), las leyendas (tradición local, sucesos), las fábulas (animales, intención moralizante, moraleja) y los cuentos.

Cualquier texto puede incluir enseñanzas morales que cada uno aplica a su realidad, pero si contamos cuentos con una moraleja mediatizamos la estructuración moral y la comprensión de los alumnos, convirtiendo además el texto en paraliterario.


Teatro folclórico infantil:

Los teatrillos de títeres y marionetas presentan un atractivo especial para el niño pequeño. Los muñecos en seguida cobran vida y son aceptados por los receptores como realidades ajenas a la persona que los mueve y habla por ellos.


         La poesía folclórica:

La poesía oral introduce al niño en la palabra, en los símbolos, ejercita su motricidad y su memoria, despierta su ingenio.

La poesía es el género que más acentúa el carácter lírico y la expresividad, supone un espacio para la creatividad.

Según el tema, los textos poéticos folclóricos se pueden clasificar en rimas de ingenio (retahílas, fórmulas de sorteo, burlas, trabalenguas, adivinanzas y prendas), juegos y rimas de movimiento y acción (nanas, canciones para mover al niño brazos y piernas, canciones de balanceo, cosquillas y risas, juegos de movilidad-inmovilidad, juegos de tiento, juegos de lanzar objetos…) y danzas de corro (canciones diversas de saltos y giros, canciones de palmas, de pasillo, mimos e imitaciones y escenificaciones).

Según la historia, se pueden clasificar en poesía tradicional (de origen lejano y desconocido) y poesía popular (que surge al hilo de los tiempos).


Cuentos folclóricos:

Se pueden clasificar en cuatro categorías: mitos, cuentos de animales (propiamente dichos o fábulas), cuentos de fórmula (cuentos mínimos, cuentos de nunca acabar y cuentos acumulativos) y cuentos de hadas o maravillosos.

Cuando narramos estos cuentos, utilizamos fórmulas de entrada y salida para situar la narración, para abrirla y cerrarla ante el receptor. Originariamente, estas fórmulas eran mucho más elaboradas y tenían función mágica: las de apertura poseían carácter de invocación y las de cierre, de conjuro y exorcismo.

Los motivos principales de estos cuentos son tesoros ocultos (física o psicológicamente), viajes y búsqueda, fuga y persecución, el reino de los muertos o el reino de las hadas, la búsqueda del amor, el huérfano maltratado, el hermano más pequeño, la muerte y la resurrección o el sol y la luna como realidad e irrealidad.

Los personajes más populares de los cuentos maravillosos son el héroe o la heroína (de origen humilde o de alta alcurnia), el enemigo, las hadas, los duendes, los gigantes, los ogros, las brujas, los magos, los genios, los animales mágicos, los objetos mágicos (naturales o artificiales) y los acompañantes.

Los arquetipos más frecuentes, relacionados con los personajes y su simbología, son la madrastra, el padre viudo y sometido por la madrastra, príncipes y princesas, resucitar con un beso y comerse a los niños.


         Los grandes recopiladores:

Los recopiladores son meros transcriptores de los textos que las gentes del pueblo les narraban y preferían ser fieles a la narración original. Otros adaptaron los textos con la intención didáctica que refleja la filosofía de una época. Otros tomaron un préstamo mínimo de los cuentos folclóricos para elaborar sus propias creaciones que hoy consideramos versiones.

Los recopiladores más reconocidos son Charles Perrault, los hermanos Grimm y Hans Christian Andersen. En cuanto a España, podemos destacar a Rodrigo Caro, a Fernán Caballero y a Saturnino Calleja.


         Uso de los cuentos folclóricos:

El niño desarrollará su lenguaje, su léxico y sus estructuras gramaticales a partir de la escucha de historias, canciones y retahílas que le resultan atractivas y motivadoras. El cuento folclórico es el primer e importantísimo paso que acerca al niño a la lectura.

El psiquiatra Bettelheim, en su libro Psicoanálisis de los Cuentos de Hadas, afirmó que los relatos orales infantiles ayudan a los niños a conocerse y a explicarse el mundo.

Debemos reivindicar el valor de los cuentos orales como recurso lúdico y pedagógico y hacer de la literatura un mundo mágico donde no exista la obligatoriedad, sino la voluntad por descubrir nuevos mundos.



Bloque 3: La hora del cuento.



Este bloque trata las diferentes formas de transmisión literaria y técnicas para narrar a los niños, explicando cada una de ellas: la interactuación, el cuentacuentos, los cuentos literarios, la declamación, la narración con libro y la lectura.


Tampoco conocía todas estas técnicas antes de este año, y nunca me había parado a pensar en otras formas de contar los cuentos. Siempre los he contado de la misma manera: los niños en semicírculo, yo en una silla delante de ellos, y girando el libro a medida que lo contaba / leía. Ahora entiendo la necesidad de elegir cada forma de transmisión dependiendo del libro que vayamos a leer.


Las ideas principales del bloque son:


         La interactuación:

Es imprescindible en la narración o lectura de textos literarios a niños pequeños, porque a través de ella los introducimos en la historia, mantenemos su atención, comprobamos sus niveles de comprensión, encauzamos la atención hacia determinado personaje o acción, asentamos el vocabulario…

La lectura o narración se interrumpe para preguntar el tema que se desarrollará, las acciones que realizarán los protagonistas, las interferencias que aparecerán, el probable o deseado desenlace…

Las preguntas finales son otro tipo de interactuación. Una narración o una lectura orales solo permiten valorar la historia y asimilar los elementos esenciales del contenido. Por lo tanto, las preguntas que hagamos a los niños deben actuar en estos dos planos.


         Cuentacuentos:

En esta técnica, el narrador es un indispensable agente socializador. Cada vez que cuenta un mismo cuento, lo plasma, lo vivifica, pero siempre con alguna variante que lo identifica.

Este viejo arte sigue siendo, aún hoy en la era tecnológica por excelencia, el medio más directo para aproximar al niño a la obra literaria.

Los cuentos folclóricos deben ser narrados sin la ayuda del libro, pues fueron creados oralmente y sobrevivieron durante generaciones gracias a la tradición oral.

En el cuentacuentos no se utilizan ilustraciones, las únicas imágenes que el receptor ve las crea su imaginación. Los niños pequeños piden una y otra vez la misma historia, precisamente para completar su comprensión.

A la hora de narrar cuentos hay que conocer gran cantidad de cuentos de todo tipo, hay que elegir entre los distintos tipos de narradores que uno puede ser y utilizar fórmulas de entrada y salida. La entonación general dependerá del tipo de narrador que hayamos elegido y del cuento que se esté contando, y el ritmo ha de ser adecuado dependiendo del pasaje que se esté contando. Se pueden hacer pausas misteriosas o romper la entonación cálida si el cuento lo requiere. Debemos dar a nuestro personaje expresividad en su voz, hablando despacio y vocalizando, y también debemos tener en cuenta tres momentos: la introducción, el nudo y el desenlace. Las onomatopeyas, hipérboles, personificaciones y comparaciones son más que bienvenidas en todos los cuentos, y en aquellos con pocos personajes se pueden usar distintas voces para cada uno. El diálogo con el público es típico en el cuentacuentos, y algunos de ellos se caracterizan con un disfraz.


         Los cuentos literarios:

Hay un tipo de libros que deben ser leídos respetando exactamente las palabras del autor, ya que de su justo empleo y ubicación en el texto surge un encanto poético irremplazable. Si se narran alterando sus palabras, no se alcanzaría, seguramente, el nivel estético en que los ubicó su autor.

En el caso de que se lea, es importante mantener durante la lectura tanto contacto visual con los niños oyentes como sea posible.


         La declamación:

Es el arte de la recitación expresiva y el arte mímico que le acompaña, es decir, la representación dramática de un poema.

Una buena declamación requiere de mucho ensayo y entrenamiento y de un modelo a imitar. Una buena declamación es similar a un monólogo teatral en verso.


Narración con libro:

Los libros de láminas, en los que las ilustraciones llenan las veces del texto y este se reduce a una simple línea orientadora para el adulto que lo lee es un libro para ser leído y mostrado a la vez.

La técnica de la narración con libro es muy parecida al cuentacuentos, porque en realidad no se lee, sino que se cuenta, pero con el apoyo de las imágenes.

Hay varias posibilidades para narrar con libro, una opción es que el maestro se acerque mucho a los niños, distribuyéndoles en corro y sentado en una silla, enseñar el libro girándolo de forma que todos los niños puedan verlo. Otras opciones son usar ampliaciones a color que permitan copiar el texto por detrás o proyectar las páginas del libro en alguna pared o el techo de la clase. En cualquiera de los casos, el libro original se dejará a disposición de los niños tras la narración, para que puedan mirarlo y disfrutarlo con más calma y más detalle.


         Lectura:

La lectura oral es aquella en la que el destinatario último no es el lector, sino el auditorio, y tiene una finalidad de auténtica comunicación. La lectura en voz alta está más cerca de un acto de expresión oral que de un acto de lectura usual y personal para buscar información.

Para leer una historia a los niños de infantil hay que tener en cuenta muchos de los aspectos ya planteados en el cuentacuentos, y además hemos de leer despacio, claro y vocalizando.

En esta técnica hay que leer como lo haríamos a un adulto, es decir, sin cambiar las voces de los personajes y sin exagerar las entonaciones.



Bloque 4: Creación literaria con y para los niños de Infantil


En este bloque se nos ilustra sobre cómo crear textos en prosa, en verso y dramatización, además sobre la creación de libros.


Otra cosa que nunca me había hecho falta y, por tanto, tampoco me había parado a pensar en ella, es la creación de textos o libros. Me ha resultado sorprendente la cantidad de técnicas para crear textos propuestas en el módulo, ¡una vez las conoces quieres ponerlas en práctica cuanto antes!

Además, me llama mucho la atención la creación de libros que respondan a las necesidades emocionales de los niños en cada momento.


Las ideas principales del bloque son:


Creación en prosa:

La prosa es el género más similar al uso lingüístico ordinario y la forma más natural de crear literatura en la actualidad. Cualquier niño de Infantil ha inventado historias y cuentos libremente y se sentirá cómodo trabajando con ella.

Estas estrategias, entre otras, son adecuadas para crear cuentos para niños o con los niños, dependiendo de cada una: El dibujo, Secuencias, Historias mudas, Binomio Fantástico, Hipótesis absurda, Minicuentos, La liberación de la mujer, Cuentos múltiples por núcleos, Estructura de un cuento en otro espacio o tiempo, ¿Y después del cuento?, Palabras nuevas en un cuento popular, Cuentos al Revés, Apellidos, La bandera, Biografías a partir del nombre, Historias en primera persona o El título metafórico.


Creación en verso:

También existen estrategias para crear textos poéticos para niños de Infantil. Es importante saber que la poesía, desde el siglo XX, no necesita rimar.

Se empieza por simples juegos poéticos para familiarizarse con la creación en verso y para ejercitarse con las figuras literarias, se llega a la creación guiada de poemas y, finalmente, a la creación autónoma.
Algunas de estas estrategias son: ¿Cómo es?, Tantanes, La letra madre, Trabalenguas, Adivinanzas, Pareados, Greguerías, Letanías, ¿Cómo te llamas?, Acrósticos, Caligramas, Repeticiones, Poema de preguntas, Encadenamiento, Recreación de poemas, Enredar poemas, Poema sobre canción


         Creación dramática:

La dramatización es un recurso fundamental e inexcusable que desarrolla una gran cantidad de capacidades en el niño.

A la hora de idear el argumento, pueden utilizarse los mismos recursos que para la prosa, cualquiera de las estrategias presentadas es válida.
Seguidamente, se elabora un elenco de personajes y se reestructura la historia para convertirla en diálogos.

Para imaginar historias dramáticas pueden utilizarse las mismas estrategias incluidas en la creación en prosa.


Creación de libros:

Es un ejercicio muy divertido para los alumnos, y es una forma de acercarlos tanto a la lectura como a la escritura.

Hay tres reglas básicas para la creación de libros que van a estar en el aula: resistencia, mínima inversión económica y poca dedicación temporal.



Bloque 5: Biblioteca de aula y animación a la lectura


Este último bloque habla sobre las bibliotecas de aula, el espacio elegido para tal fin, la selección y gestión de sus fondos y la animación y motivación a la lectura.


Antes de comenzarlo, creía que un rincón de lectura en clase era necesario, pero, en realidad, sin saber por qué. Ahora entiendo que no es solo un rincón de lectura, sino una biblioteca de aula lo que necesitan los niños, y que no vale con un mueble con algunos libros y sillas cerca.


Las ideas principales del bloque son:


         Biblioteca de aula:

La biblioteca es un elemento indispensable e insustituible en el marco general del proceso enseñanza-aprendizaje. Lo que da sentido a la biblioteca de aula es la potenciación de actividades libres o motivadoras como un elemento más en la programación de tareas educativas.

Solo lo que se ama se cuida y se conserva. Si los niños han aprendido que los libros se leen rodeados por brazos afectuosos, en medio de un ambiente cálido y reservado para un momento de comunicación especial, la biblioteca será el lugar más visitado y mejor cuidado.


         Espacios, elección y decoración:

El espacio físico de la biblioteca debe ser agradable, amplio y luminoso. Se encontrará acondicionado con almohadones, colchonetas y alfombras, así como con mesas y sillas apropiadas para las edades de los chicos.

Una biblioteca para los más pequeños debe permitir múltiples y muy distintas actividades, convirtiendo así el ambiente en fuente de riqueza.

Ha de organizarse un entorno afectivamente seguro, estéticamente bello y diseñado a la medida de quienes lo utilizan. Un lugar donde cada niño encuentre un espacio de vida.

El rincón de lectura debe disponerse de forma clara, ordenada e intencionada y con códigos visuales sencillos y compartidos universalmente por todos. Es fundamental que se acceda a los libros desde la portada, no desde el lomo.


         Selección y gestión de fondos:

Debemos conocer las fases evolutivas de los niños, porque del estadio en que se encuentren dependerán sus intereses y posibilidades en relación con el libro y la lectura.

Además, podemos generalizar cuando decimos que los libros para niños pequeños deben presentar situaciones y personajes con los que el niño se identifique, con imágenes que representen la lectura, con colorido, que reflejen alegría y vida. Libros con poco texto que estimulen al niño a crear sus propias historias, libros de fábulas, cuentos de hadas, adivinanzas, trabalenguas, rimas, canciones; libros de adivinanzas, acertijos, poesía; cuentos clásicos y populares… Libros de encuadernaciones resistentes, cubierta atractiva, tipografía grande o letra que imite la manuscrita, libros de información que ofrezcan al niño explicaciones adecuadas a su edad y satisfagan su curiosidad sobre los fenómenos naturales y las cosas que lo rodean. Libros que el niño viva intensamente, que le provoquen risa, emoción y asombro.


Animación y motivación:

Es difícil establecer una motivación general y absoluta y, por tanto, en el aula, lo que motive a unos no motivará a otros. Habrá que buscar motivaciones diversas para atraer a la lectura a los diferentes tipos de lectores, a las diferentes personalidades.

Al niño hay que introducirle en la literatura mediante una lectura que pueda comprender, que le haga gozar y que, además, le haga reflexionar. Este es el objetivo que persiguen las estrategias de animación a la lectura: comprender, gozar, reflexionar.

Los objetivos de la animación son que el niño no-lector, o poco lector, descubra el libro; ayudarle a pasar de la lectura pasiva a la activa; desarrollar en él el placer de leer; ayudarle a descubrir la diversidad de los libros.

En lo posible, la asistencia a la animación ha de ser voluntaria: no hay que olvidar que animar a leer no es otra cosa que enseñar a leer un libro con agrado.

Estas actividades favorecen la animación hacia el procedimiento de la lectura o hacia la comprensión recreativa del texto. Son actividades a realizar a partir de la creatividad infantil o de un cuento narrado por el maestro: Lectura icónica, Dibujar los personajes, Seriar dibujos, Gesticular sobre lo narrado, Representar la acción de algún personaje, Definir estados de ánimo de los personajes, Película interior, ¡Te equivocas!, La frase pirata, ¿Esto de quién es?, ¿Quiénes están?, Los otros títulos o Fiesta de los personajes.





Aportación personal de las actividades realizadas


Bloque 1: Literatura Infantil. Análisis y selección.

Este bloque me ha enseñado, ante todo, que la única función de la literatura es el disfrute de la misma. Me ha enseñado a no moralizar libros o no elegir libros didácticos en el aula, al menos pensando que son literatura infantil, pues serían considerados, en realidad, paraliteratura.

He aprendido también a regalar libros. A seleccionar los adecuados para cada niño, dependiendo de sus gustos, sus inquietudes y su momento evolutivo.

Me gustó mucho la actividad del blog, porque me hizo darme cuenta de la poca atención que prestaba al libro que estaba leyendo, simplemente pensaba si era “bonito” o no, y hay muchas más cosas que merecen nuestra atención cuando elegimos un libro.

Desde que sé cómo seleccionar libros adecuados para cada niño, estoy deseando tener peques en la familia a los que poder regalárselos.


Bloque 2: Textos folclóricos. Selección y adaptación.

Gracias a este bloque he descubierto la necesidad de usar el folclore en el aula de Infantil, y que es vital para los niños oír cuentos para su desarrollo, porque estos relatos les ayudan a conocerse y a explicarse el mundo que les rodea.

He aprendido también que un cuento maravilloso no debe contarse con imágenes jamás, y he de decir que sí lo había hecho en clase, cuando algún niño traía Caperucita Roja o algún cuento similar en formato libro. Ahora entiendo la importancia de que sean ellos mismos los que imaginan todo lo que vamos contándoles del cuento.

Para realizar la entrada compré el Libro de los 101 Cuentos, ¡y me encantó! Tengo claro que lo llevaría a mi aula cuando la tuviese, y contaría cuentos a los niños con asiduidad.


Bloque 3: La hora del cuento.

En este bloque he aprendido sobre las diferentes técnicas de transmisión literaria, y espero salir poco a poco de la narración de cuentos a la que tan enganchada estaba. Siempre usaba la misma forma de contar los cuentos a los niños, pero ahora que conozco otras nuevas espero poder salir de mi zona de confort y probar con todas las demás hasta sentirme cómoda con ellas, para poder contar cada libro con la técnica que mejor se adecúe.

He de decir que no quedé muy contenta con el resultado de mi trabajo en este bloque, pero también que gracias a ello he reflexionado bastante sobre la lectura en mi colegio, siempre en inglés por ser un colegio británico.

He impreso varios libros en PDF en castellano y voy a empezar a buscar momentos en que contarlos a los niños, pues creo que es importante empezar a acercar a los niños a la literatura en su propia lengua materna. Ya habrá tiempo para aprender inglés, lo primordial es que ahora disfruten de los libros, tanto de escucharlos como de leerlos.


Bloque 4: Creación literaria con y para los niños de Infantil.

He de confesar que este era el bloque al que tenía más miedo. Lo dejé para el final, incluso empecé con el bloque 5 antes de haber mirado si quiera este.

Algunos de los textos no me han resultado sencillos, pues solo podía pensar en temas didácticos o que pudiese aprovechar para que los niños aprendiesen algo, en lugar de buscar un tema que les interesase porque sí o que les fuera útil sin yo moralizarlo, que ellos mismos encontrasen la enseñanza moral que les “dijese” el cuento.

En cuanto a la creación del libro, me quedé con muchas ganas de crear uno con los niños, del que ellos pudieran elegir un tema que les interesase y motivase, ¡y estamos empezándolo! No tendrá nada que ver con los que creé yo, pues hemos hablado esta semana sobre ello y quieren hacerlo todos juntos sobre dinosaurios, ¡así que a por ello! Con ganas, pero casi con más miedo que el que hice yo sola… Me asustan, sobre todo, las posibles discusiones que puedan acontecer a raíz del argumento o de las ilustraciones que cada uno quiera hacer, pero ya os iré contando…


Bloque 5: Biblioteca de aula y animación a la lectura.

Este último bloque ha sido el que más me ha abierto los ojos en cuanto a lo que quiero en mi futuro como docente en un aula: acercar a los niños a la literatura infantil desde que entran en el cole.

Me encantaría poder llevar a cabo el proyecto que he hecho para la entrada, desde la situación en el aula, los fondos, las actividades de animación y motivación… He de decir que he estado soñando despierta sobre mi biblioteca de aula ideal en varias ocasiones durante los días que iba haciendo la entrada.

Me ha chocado mucho darme cuenta de lo mucho que podríamos tener y lo poco que tenemos, en cambio, porque no aprovechamos los recursos a nuestro alcance (o, al menos, antes de estudiar la asignatura y darse cuenta de la importancia de las pequeñas cosas que podemos encontrar en la biblioteca de aula...).






Experiencias conocidas sobre cómo se trabaja la literatura en Educación Infantil


La verdad es que, después de terminar todos los bloques, toda experiencia conocida sobre cómo se trabaja la literatura en Educación Infantil es bastante pobre…


He sacado fotos de los rincones de lectura de las clases de mi compañera de 3-4 años y de mis compañeros de 4-5 años para que juzguéis vosotros mismos. A mí ahora, sabiendo y entendiendo, me apena mucho verlo. Darme cuenta del gran potencial que podría tener la biblioteca de aula en cada clase por la cantidad de libros con los que contamos y ver que quedan en algo así de triste (y si lo es para un adulto, ¡imaginad para los niños de ese aula!). Cuando el rincón que alguien crea especialmente para invitar a los niños a acercarse no hace más que alejarlos de la lectura estamos dando pasos agigantados hacia atrás en su desarrollo.



Aula de 3-4 años


Aula 1 de 4-5 años



Aula 2 de 4-5 años






Cómo voy a convertir en realidad lo aprendido


Gracias a esta asignatura, me hago una idea más amplia de lo que quiero y no quiero en mi aula el día que sea titular.

Siendo ayudante como soy, he pasado por “las manos” de tres profesoras titulares diferentes en cinco años, y he de decir que ninguna de ellas ha dado a la literatura infantil tanta importancia y dedicación como se merece, ni de lejos.

Como es natural, cada vivencia que experimento en el colegio, cada persona nueva que veo cómo trabaja, cada aportación de las diferentes asignaturas de la universidad, me hacen crecer como docente. Y es inevitable pensar, desde hace años, soñando, cómo sería mi clase en un futuro.

Hoy por hoy, estoy orgullosa de pensar que tendré la biblioteca de aula más completa del departamento de Infantil, pero no me quedaré ahí… Creo que tenemos la responsabilidad de transferir a nuestros compañeros (del centro escolar donde trabajamos, me refiero) todo lo que estamos aprendiendo, sobre todo, por los niños.

Creo en la importancia de la literatura infantil y su papel en el desarrollo de los niños, y espero que un día pueda demostrarlo en mi propia clase.





Enlaces a páginas web especialmente interesantes


A lo largo de los bloques he encontrado varias páginas web muy útiles o interesantes. Algunos ejemplos son:

https://www.bichitoslectores.es/ (reseñas ordenadas por edades y tipos de libros)

http://kelucuentos.blogspot.com/ (agrupaciones de libros según unidad didáctica, ideas de juegos y trabajos y reseñas de libros)

http://sonandocuentos.blogspot.com/ (reseñas, ideas de libros)

https://www.lacuenteriarespetuosa.com/ (tienda online con análisis de los libros que tienen a la venta)

http://www.clubpequeslectores.com/ (listas de libros, dan muchísimas ideas de libros que no conocía y muy buenos)

https://pekeleke.es/ (reseñas de libros)

https://www.puroscuentos.com.ar/ (cuentos inventados, reseñas y artículos)

http://anatarambana.blogspot.com/ (artículos, opiniones)

http://lapiceromagico.blogspot.com/ (recursos para fomentar la lectura)

http://elmaestrocuentacuentos.blogspot.com/ (descarga de audios o vídeos cuentacuentos)

https://revistabli.com/ (revista de literatura infantil)


https://www.mamapsicologainfantil.com/ (momentos evolutivos de los niños y etapas del desarrollo a cada edad)






viernes, 31 de mayo de 2019

Biblioteca de aula


Introducción


En Educación Infantil, la literatura es una pieza clave en el desarrollo de los niños, y que no sean capaces de leer aún no quiere decir que no tengan derecho a un espacio donde poder disfrutar de los libros.

La biblioteca de aula es, así, una manera idónea de acercarles desde pequeños a la literatura. Este rincón de lectura favorece el encuentro e intercambio de experiencias que fomentan la creación del hábito lector, de la imaginación y de la creatividad, además de ser una iniciación a diferentes estrategias de investigación.

En este espacio del aula los niños también aprenden a cuidar y preparar su biblioteca, asumiendo de igual manera la responsabilidad de su conservación y uso adecuado. Además, se favorece la motivación lectora de forma más directa que desde la biblioteca escolar, dado que tenemos unos usuarios fijos y conocemos sus intereses, necesidades y características. De este modo, todos los recursos que aquí encontramos estarán más adaptados a ellos (Rueda, 1998).







Situación en el aula


Para diseñar mi biblioteca de aula me he basado en el aula donde trabajo, en el colegio The English Montessori School. Hay dos clases de 3-4 años, ¡esta es la mía!




Entrada del colegio, mi aula es la que queda a mano derecha





El rincón de lectura, al fondo, a la izquierda de la pantalla digital





Ventanales a la zona de aprendizaje exterior (Outdoor Learning Area)






Según como está estructurada la clase, aquí podemos ver el plano actual:



Como se puede ver, el rincón de lectura está al fondo de la clase, en la zona del suelo rojo (la de asamblea). Los dos puntos verdes que se ven en el plano son dos pequeñas butaquitas/hamaquitas que tenemos en la clase.




Y este sería el plano con los pequeños cambios que yo haría:



He cambiado el color del suelo de la zona de asamblea, pues el rojo siempre me ha resultado muy fuerte, muy chillón. En cuanto a la biblioteca de aula, la he movido a la pared izquierda de la clase, donde anteriormente estaba la estantería de lenguaje, arte y escritura. He colocado el mueble de los libros en un lado y, en el otro, el mueble de juego de rol (donde anteriormente estaban los libros), para crear “paredes” en la biblioteca y hacerla así más ‘habitación’, más 'casa'.






Diseño


Como se ve en el plano, el suelo de la biblioteca de aula es de otro color, pues es una alfombra mullida. He mantenido las butacas que teníamos en clase, pero las he tapizado más claritas, no verdes, y he añadido cojines a la zona (los cuadraditos blancos de la imagen). Así, los niños podrán sentarse/acomodarse/tumbarse en la alfombra o cojines o ir a una de las mesas y sentarse en una silla, si lo prefiere.







Los muebles que tendría para libros serían, naturalmente, a la altura de los niños y pensados para que ellos pudiesen coger los libros solos. Elegirían por la portada, pues todos los libros estarían colocados así:





Intentaría poner también algunas baldas como estas en las paredes de la biblioteca para no amontonar todos los libros en el mueble, así el almacenaje se equilibra un poco:








Contenido / fondos


Esta biblioteca de aula estaría pensada para un grupo de 18 niños de 4-5 años, así que contaría con unos 48-50 libros, dos fijos para cada niño con margen para poder ir cambiándolos.

Los niños a esta edad están en plena etapa egocéntrica. Tienen, también, una inclinación por la interpretación “mágica” de la realidad, aunque necesitan, más que nunca, explicaciones sobre todo lo que sucede a su alrededor.

Voy a intentar que gran parte de los libros que se encuentren en la biblioteca de aula traten temas relacionados con su entorno: las relaciones familiares, los miedos, las rutinas, el descubrimiento de lo que les rodea, algunas aventuras sencillas y sentimientos y experiencias típicas de la edad.


La mayoría de los libros de la biblioteca de aula serían literarios, como un 70% del total. Casi todos los libros paraliterarios estarían en otro pequeño mueble -adjunto fotografías después del listado de libros-, exceptuando algunos de la enumeración que propongo a continuación; y serían alrededor del 20% del total. El otro 10% restante serían creaciones de libros que iríamos haciendo en el aula todos juntos y libros sin texto (ya incluidos en la lista).

Estos son los libros que se encontrarían en mi biblioteca de aula, algunos de ellos los sacaría más hacia final de curso, pues son para niños un pelín mayores. Teniendo más libros de los que sacaría al mueble, al final se trata de ir dejando fuera para los niños los que voy viendo que pueden estimularles o motivarles más en cada momento, o aquellos que pueden ayudarles o, simplemente, hacerles pasar un buen rato. Iría cambiando libros, consiguiendo nuevas adquisiciones y siempre rotando libros, que no hubiera los mismos durante semanas.


Hay un par de títulos en inglés, pues no he encontrado su versión en castellano:




1) ¿A qué sabe la luna? – Michael Grejniec

2) Adivina cuánto te quiero – Sam McBratney


3) Amelia quiere un perro – Tim Bowley


 



4) Atrapados – Oliver Jeffers

5) Cierra los ojos – Verónica Pérez Escrivá

6) Cinco minutos de paz – Jill Murphy





7) Cómo esconder un león – Helen Stephens

8) Dirty Bertie – David Roberts

9) Donde viven los monstruos – Maurice Sendak





10) El árbol de los recuerdos – Britta Teckemtrup

11) El cazo de Lorenzo – Isabelle Carrier

12) El día que los crayones renunciaron – Oliver Jeffers





13) El Grúfalo – Julia Donaldson

14) El momento perfecto – Susanna Isern y Marco Somá

15) El monstruo de colores – Anna Llenas





16) Elmer – David McKee

17) El punto – Peter H. Reynolds

18) El tigre que vino a tomar té – Judith Kerr





19) Encender la noche – Ray Bradbury

20) Explora – Aaron Becker

21) Familias – Oh! Mami Blue





22) Flora y el flamenco – Molly Idle

23) Florette – Anna Walker

24) Hilo sin fin – Mac Barnett






25) Imagina – Aaron Becker

26) La Ola – Suzy Lee

27) La ovejita que vino a cenar – Steve Smallman





28) La pequeña oruga glotona – Eric Carle


29) La sorpresa de Nandi – Eileen Browne

30) La tarta de hadas – Michael Escoffier





31) La vaca que puso un huevo – Andy Cutbill

32) La vocecita – Michael Escoffier

33) Las jirafas no pueden bailar – Giles Andreae





34) Leaf man – Lois Ehlert

35) Orejas de mariposa – Luisa Aguilar

36) Papá, por favor consígueme la luna – Eric Carle





37) Perdido y encontrado – Oliver Jeffers

38) Por cuatro esquinitas de nada – Jérôme Ruillier

39) Rosa caramelo – Adela Turín





40) Siempre – Ana Galán

41) Siete ratones ciegos – Ed Young

42) Sirenas – Jessica Love





43) ¿Somos amigos? – Anabel Fernández Rey

44) Un libro – Hervé Tullet

45) Vacío – Anna Llenas





46) Vamos a cazar un oso – Michael Rosen

47) Yo siempre te querré – Hans Wilhelm

48) Zog – Julia Donaldson








Tendría, también, un pequeño estante con libros didácticos (sobre el topic o unidad didáctica que estuviésemos dando en ese momento). Estos son dos ejemplos del mueble de mi clase:





Libros sobre la granja



Libros sobre el mar







Organización y gestión


Según Luis Iza Dorronsoro, autor de El plan de lectura en los centros de Educación Infantil y Primaria, la biblioteca de aula es un recurso que posibilita que exista un plan de lectura para cada niño.

Así lo pretendo, poder llevar un seguimiento de cada uno a través de un diario de lectura. No podría apuntar cada libro que el niño lee, porque pretendo dejar la biblioteca abierta todo el día para que los niños vayan y lean cuando les apetezca. Completaría el diario con los libros que los niños se llevasen el fin de semana.

Cada viernes los niños podrían elegir un cuento que llevar a casa para devolver el lunes. Pueden leerlo solos, con hermanos, con padres, abuelos, tíos, amigos… Lo que ellos prefieran, ¡y tantas veces como quieran!

El lunes intentaría tener un ratito a solas en la biblioteca de aula con cada uno donde se haría la entrega del libro del fin de semana. Preguntaría de manera informal a cada uno si le ha gustado, si prefiere ese cuento o el de la semana anterior, con quién lo ha leído, si una vez o más de una y en qué momento (al ir a dormir, antes de comer…). Anotaría todo en el diario de lectura para poder tener un seguimiento un poco más profundo de cada niño y su relación con la lectura en su entorno familiar.








Dinamización y animación


Sobre la animación a la lectura, me quedo con estas dos frases del Módulo Docente:

- “No hay que perder de vista que animar a leer es enseñar a leer un libro con agrado”.

- “Se trata de ir creando un interés por los libros, un carácter activo y curioso en torno al libro”.



Lo primero que haría en clase sería un libro viajero. Aprendimos sobre ello en el bloque 4, en el apartado de creación de libros en cadena: se trata de decidir entre todos un tema del que nos gustaría que fuese nuestro libro. El maestro escribe e ilustra la primera página y luego, consecutivamente, los niños llevan el libro a casa y añaden una página con ayuda de su familia.

En el caso de mi biblioteca de aula, se lo llevarían el viernes a casa, igual que el préstamo de libros, pero creo que sería mejor que al niño que le tocase llevarse el libro viajero no se llevase un libro de la biblioteca, por si es demasiada literatura, ya que lo último que me gustaría sería perseguirles o agobiarles con ello. En el caso de niños que estén verdaderamente ilusionados con llevarse libros, leerlos, etc y lo pidiesen, se podrían llevar ambos a la vez, claro.

Algunas de las ventajas del libro viajero son, entre otras, la implicación de las familias, el fomento de su relación con la escuela, el refuerzo de contenidos trabajados en el aula, los niños se convierten en los responsables de su propio aprendizaje y aprenden a interesarse por el trabajo elaborado por sus compañeros.









Otra cosa que me gustaría tener en clase es un muestrario de todos los libros, tipo revista, que permita a los niños ver todos los que hay al ojearlo. Al leer un libro el fin de semana, además, cada niño tendría que firmar con su nombre debajo de la portada del cuento que se haya llevado. De esta manera pueden saber qué personas de la clase han leído ese libro y pueden hablar de ello con los demás, o contar a los que no lo han leído de qué va y si les ha gustado, animándoles (o no) a que se lo lleven el fin de semana siguiente. He creado este muestrario para mostraros un poco a qué me refiero:












Una idea muy similar que se me ha ocurrido es que cada niño tenga un diario de libros. Estarán siempre en el aula, y durante la semana, cuando cada uno quiera, podrá acceder a su diario, buscar el libro que leyó durante ese fin de semana y escribir el día que se lo llevó, hacer un dibujo sobre ello, poner números del 1 al 10 (refiriéndose a cuánto le gustó)… Un poco lo que quiera cada uno sobre cada libro.

Cada diario cuenta, además, con un lectómetro, que podrán usar como marcapáginas cuando lo terminen. Esto es un lectómetro:




Es un recurso que he encontrado en la página web lapiceromagico.blogspot.com (os recomiendo encarecidamente pasaros por su blog, ¡me ha sido de gran ayuda y tiene grandes ideas!). Cada niño que lee un libro puede pintar un librito de su lectómetro hasta completarlo entero. Cuando estuviese completo, se lo plastificaría, para que les durase más, y les daría uno nuevo vacío.



Este es un ejemplo que he creado del diario de cada niño. La portada cuenta con un marco hecho de libros, en el que pegaríamos una foto de cada uno para saber de quién es.











También me gustaría tener en la biblioteca de aula una “Cesta de las recomendaciones”. Imprimiría estas tarjetitas que he diseñado y las dejaría ahí en blanco. Cuando un niño de clase lee un cuento por su cuenta que no está en la biblioteca y que le ha gustado mucho, puede rellenar la ficha (puede pedir ayuda a la profesora, en clase, o llevarla a casa para hacerla con la familia) y dejarla de nuevo en su sitio para que alguno de sus amigos pueda conocer nuevos libros e ir a la biblioteca pública más próxima a tomarlo prestado para leerlo o comprarlo para leerlo en casa o para hacer un regalo.





He preparado varias tarjetitas, y así es cómo quedarían:










Por último, me gustaría seguir llevando a cabo una propuesta que se hizo en mi cole a principio de curso y que quería enseñaros por si a alguien le gusta la idea y quiere hacerla o adaptarla. Es un intercambiador de libros, donde los niños traen libros de casa que ya no quieren, los dejan en el mueble y se llevan otro que les gustaría leer.